te atreves a sonreír?

25 dic 2011

Simplemente, adicción.- (5)



FELIZ NAVIDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAD! ¿Qué día es hooy? 25 de diciembre FUM FUM FUM! :D

Ya estoy en Venezueela! Pero nooo, no. Esta entrada estuvo programada el 22.12.11 a las 20:31. Jajajajaj Bueno, a lo que voooy... Ésta es definitivamente la última entrada del año 2011! A NO SER QUE..... 

Tengáis un regalito el 31.12.11 :D Ya veré que os preparooo... Pero hasta eso... Me gustaría saber qué estoy haciendo ahora mismo en Venezuela jajajaja! Bueno, pero qué digo... A ver... Sisi! Que os deseo una FELIZ NAVIDAAAAD ! Y como regalito chiquitiiito, os dejo...

Sí pequeeeños... Os dejo un pedazo regalo! Podéis leerlo cuando queráis, como si no lo leéis jajaja porque es bastante larga y densa... Es el final del mes de NOVIEMBRE! Sí, de Simplemente, adicción. Bueno, precioooosos! me voy, que tengo que acabar la maleta y hacer tooodos los preparativos y descargarme música y luchar contra Ares, que me va fataaalmente fatal y blahblablah y todo ese roollo, ya que mañana, osea el 23 ya que me vendré a Venezuela. Jajajajaj que lío... ¿No? 

Os quieeeeeeeerooo al 101%! 
MILLONES DE BEEEEEEEEEEEESOS! :D

Carmeeeeeeeeeeeeen xxxx

(Posdata, la foto es cutre, pero que no sé que poner...! Lo sieeeentoo! hasta creo que ya la puse antes en el blog!!)




-NOVIEMBRE (Parte 2)

-Mamá, ¿qué te pasa?- Le pregunté preocupada.
-Nada, cariño…- Y vi cómo sus ojos llenos de vida, estaban caídos. Mi preocupación se hizo más grande aún.
-Mamá, ¿de verdad? Te veo muy mal…

-No tranquila, solo un pequeño bajón. Nada más.

-Bueno, que sepas que puedes contar conmigo mami…- Mientras que me levantaba de la silla, mi madre me cogió el brazo. Y me dejé llevar. Volví a sentarme.- ¿Qué pasa?

-Anaís,- hacía muchísimo tiempo que mi madre no me llamaba Anaís, bueno, al menos me lo pareció a mi. La verdad es que nunca me llamaba Anaís, menos cuando es para llamarnos a la familia entera.- estoy...- Tardó en decir aquella horrible palabra.-enferma.- Y finalmente, sus ojos cansados, cedieron. Una sonrisa débil asomó por su precioso rostro. Nunca había visto lo guapa que era. Sus ojos se elevaron con la sonrisa, y al segundo, vi cómo se inundaban. Le apreté la mano, y me levanté. Mis piernas flaquearon, tuve miedo, pero debía mostrarme fuerte. Me dirigí a ella y la abracé con todas mis fuerzas. – Cariño, no te preocupes por mí. Eres joven. Vive la vida, no la malgastes.- dijo mi madre entre lágrimas.

-Mamá…-Y ya no pude soportarlo más. Aquella imagen, mi madre llorando y diciéndome aquellas palabras. No. Mi mente, se imaginaba cosas horribles. Y yo ya no podía cesar de llorar.

-Anaís, no llores. Estoy bien, un poco enferma, pero bien. Venga, no llores cariño.


Y me enjugué las lágrimas que aun así, seguían saliendo sin parar. Quise hablar, pero un bulto seco impedía que mis cuerdas vocales sacaran nada.

-Anaís, ya está. No es para tanto cariño…- Dijo ella sin poder ocultar aquel tono de voz preocupado y triste.- No se lo digas a nadie, ¿vale? Ni a papá, ni a Friné. No quiero preocuparlos… No quiero que estén igual que tú, y tampoco quiero que llores tanto por mí. O sea que alegra esa carita, y dame tu mejor sonrisa, mi vida.

-Pero mamá...- intenté sonreír, pero más bien, me salió una cara poco alegre.- ¿Qué tienes?- Dije, intentando tragarme aquel bulto de la garganta.
-Cariño, eso es lo que menos importa... No se lo digas a tu padre ni a Friné. Por favor, Anisita.- Me volvió ha hablar como siempre, eso me puso aún más triste. Nadie podría decirlo como ella. Ella era especial... Era mamá. Pero por qué no quería que lo supieran papá y Friné... Qué raro.
-Vale, mamá. Te quiero.- Le di un beso en la mejilla, y sentí cómo estaba húmeda.

Al día siguiente, Mitt me despertó con un ladrido inhabitual. Mitt. Mitt, mi pequeño westie. Cada día nos sorprendía aún más. Friné le había enseñado estos últimos meses cuál era su lugar para hacer sus necesidades, y no por todos lados. Mis padres y yo, nos reíamos mucho de ella, y con ella. Se sentaba encima del papel higiénico que había al lado del radiador, y copiaba a Mitt. Éste le miraba con tal cara, que parecía de película. Me sentía mal conmigo misma. Mitt era de todos, y yo, sin embargo, había estado al margen completamente. Sentí una especie de déja vu, pero que aún no se ha vivido. Toda la vida de Mitt pasaba rápidamente por mi mente. Desde que lo adoptamos hasta el fin de su pequeña vida. Yo casi ni salía… Sentí un vacío, que jamás había sentido antes. Y no era el típico vacío de, ‘’no tengo novio’’. No, no. Era un vacío de simpatía, de amor familiar. No sé bien cómo describirlo. Y decidí dedicarme un poco más a él. 

Mitt me despertaba todos los sábados a las ocho de la mañana, y sinceramente, aquellas horas, para un sábado después de ir de fiesta, era agotador. Bajé las escaleras, con Mitt en brazos. Al parecer, yo era la única que podía sacarlo de paseo aquellos días tan heladores. 

Una escena, ya típica, se hacía cada noche en la cena.
-Cariño, ¿estás bien? Te veo mal...- Decía mi padre mientras que ponía la mesa. Mi madre se hacía siempre la tonta cuando mi padre se lo preguntaba.
-Nada Álex... Es sólo este mes, que me deprime un poquito.-  Cuando mi madre decía eso, me ponía triste, ya que aquel mes era el de mi cumpleaños, pero yo sabía que no era por eso. Además, a ella siempre le ha encantado noviembre, dice que es un mes muy romántico, ya que suena a ''Novi-embre''. Me refiero, a que sonaba a novio, o novia. Pero bueno... Seguido de ésa frase, mi madre siempre me miraba de reojo. Yo le sonreía. Yo sabía que no podía decir nada, se lo había prometido. 


Los siguientes días, pasé más tiempo con mi familia, y con Mitt. Lo sacaba a pasear y me lo llevaba cuando quedaba con mis amigas. Así, se cansaba y en casa no daba tanto la lata, con que si la pelotita, que si la chuchería, que si sácame a pasear... Pero lo quería, con toda mi alma. Un pequeño hermano. Trajo tal alegría a casa. La felicidad, no se peleaban tanto mis padres con mi hermana, y yo podía 'estudiar' en paz.

Darío ¿Qué decirte de Dario? Sí, seguía hablando con Darío. No volvió a sacar el tema del embarazo de su novia... Pero yo ya me iba olvidando, la verdad. Me daba igual lo que hiciera aquel chico. No lo conocía, y aquello, no me debía de afectar, ¿no? Conseguí convencer a una amiga mía, Inês, para que también se hiciera una cuenta en Habbo, y ésta, también se aficionó a este curioso juego. Todas las tardes, nos conectábamos. Hablábamos por ahí, en vez de por el MSN. Le presenté a Darío, y se hicieron enseguida amigos.


Mientras tanto, había conocido a un chico nuevo, llamado Javier. Éste tenía 16 años y era sinceramente simpático. Era el típico chico que intenta ligar contigo. Te enreda, te pone de los nervios, tienes ganas de darle dos pequeñas ostias, o simplemente, matarlo. Pero en el momento adecuado, te dice que lo siente, acompañado de un corazón o una cara sonriente. Te hace caer en sus redes, y lo vas queriendo, pero le odias por cómo es. Pero lo quieres. Lo quieres, quieres tenerlo contigo. A tu lado... Sí, ese tipo de chico era Javier. Y no lo soporto, pero siempre caigo en las redes de los que no me convienen. Tuve miedo, miedo de que me gustara alguien por ese juego tan infantil. Pero ya no podía hacer nada, Javier ya estaba bailando en mi mente, pero no quise decir nada.


Inês, tuvo un novio bastante majo, en Habbo, que jamás llegué a conocer, ya que éste desapareció después de unas semanas. Sé que a Inês le hizo daño, psicológicamente, claro está. Pero le hizo daño. Y eso no se hace. No se juega con los sentimientos de la gente... No le respondió, no se conectaba, e Inês acabó harta. Y cortaron.


Inês, Darío y yo hablábamos en mi casa, o en casa de Darío. Siempre.  Darío nos comentó que un amigo suyo también tenía Habbo. Concretando un poco más su mejor amigo, Jaime. Lo más curioso era que, bueno, al menos es lo que me parecía a mí, que Darío y Jaime eran iguales. Nunca hablaban al mismo tiempo, y no sé por qué tuve un mal presentimiento. Siempre hablaba uno, y el otro contestaba después. Pensaban lo mismo... Eran iguales. Pero lo dejé salir de mi mente, ya que si son mejores amigos... Y  me olvidé enseguida. 


Me olvidé por completo de pasar tiempo con mi familia. Me olvidé de mi madre. Mi padre estaba también bastante raro, pero lo cubría con un humor bastante normal. Friné era tan sólo dos años más pequeña que yo. Pero era muy, muy infantil. Friné y yo casi ni hablábamos. Me sentía mal por una parte, ya que Friné y yo, de pequeñas, jugábamos sin ton ni son con las muñecas, mezclando mundos, con perros de juguete, Barbies, ponis, y hasta con animales de madera. Nos vestíamos, nos disfrazábamos, montábamos colegios y escribíamos miles de veces en una hoja pequeña, un‘examen’ para nuestros alumnos, los peluches. 


Ésos recuerdos hacían que me sintiera un poco mal conmigo misma, y decidí hablar más con ella. Cada vez que intentaba entablar conversación con Friné, ella me decía:


-Anaís, ¿estás bien?- Decía con una voz preocupada.

-Sí, ¿por qué debería estar mal?- Dije, haciéndome la sueca.

-Nada… No sé, pareces otra.

-No… Qué va, sigo siendo la misma, pero con los exámenes y éste nuevo curso…- Sinceramente, no me había puesto a estudiar seriamente desde septiembre.


Nos dieron los boletines de noviembre. Como había supuesto, cuatro suspensos. En mi colegio, el aprobado era un 6, y eso me parecía muy injusto, ya que mientras que el resto del mundo aprueba con 5, yo tenía que hacer un esfuerzo mayor, para llegar a ser ‘lo mismo’ que el resto. Biología, 5.5, química, 4, física, 5.5, y matemáticas, 5. Mentía a mis padres, les decía que estudiaba, y en realidad estaba pegada al ordenador. Decían que me entendían, que aquel curso era difícil. Que yo estudiaba mucho, y que me esforzara para poder pasarlo.


Mi cumpleaños se acercaba amenazador. Y yo no sabía que hacer para celebrar mis esperadísimos catorce. Decidí dejarlo como ‘asunto pendiente’ y así, tener más tiempo para organizarlo mejor. 

25 de noviembre de 2010. Llegó el día. Mis esperadísimos 14. Ni Darío ni Javier, me felicitaron. No me importó. Bueno, que Javier no me felicitara, me daba igual. Nunca le había mencionado cuándo era mi cumpleaños, pero, ¿Darío? A Darío si se lo había dicho. Y éste no me felicitó. Qué falta de cortesía.

- Anaís, joder, lo siento...- escribió Darío.
- Me da igual, que te den.- le dije cortante.
-Vaaamos, no os peleéis, que es el cumpleaños de Anaís!- dijo Inês intentando poner calma.
-POR ESO MISMO.- dije yo, ya explotando. y me fui a mi sala. Aparté el ordenador y me tiré en la cama. Qué asco de cumpleaños. No me gustaban mis cumpleaños, y menos entre semana. Pero aquel día, sobrepasaba mis límites. Todos felicitaron por obligación. Se enteraban de que era mi cumpleaños y me regalaban su sonrisa más bonita, pero más falsa imposible. Me felicitó gente que no conocía de nada, sólo porque veían que alguna que otra persona me había dado un abrazo enorme a la vez que gritaban con todas sus fuerzas: ''FELICIDADES ANAÍS!''. Qué futilidad. Qué gente mas asquerosa.

En cambio, mis mejores amigos, los de verdad, me sorprendieron... No me esperaba aquello de ellas. Tan sólo unos simples 'felicidades guapísima' y 'por fin 14 mi amor!'. Yo flipaba... Pero bueno, siempre había odiado mi cumpleaños, aunque me emocionara.


Pero volvamos a Darío. Vaya amigo estaba hecho. La de consejos y consejos que le había dado en lo que le conocía, y ¿él? Cero aportaciones, cero consejos, cero ayuda. Inês, me ayudó, como siempre, e hizo de intérprete entre Darío y yo. Yo me negaba rotundamente a hablarle, y al parecer el tampoco se dignaba ni a llamar a mi sala. Finalmente, Inês consiguió que Darío me diera alguna que otra explicación por su comportamiento tan casanova. Al parecer se había peleado con su queridisima novia, y la tomó conmigo. Pues vamos bien, querido, vamos bien. Al final, llegamos a un punto en común. Que él era tonto, y que lo sentía. Bien, íbamos avanzando.


-Anaís, explícate. ¿Cómo que te emociona pero lo odias?- Dijo Sara, otra vez. ¿Pero no sabía estarse calladita?
-Pues, que...- Me había pillado...- Pues, a ver. Siempre espero mi cumpleaños como el día más especial del año... Pero sé que mi subconsciente me engaña, y vuelvo a la realidad. Odio mi cumpleaños. La gente se vuelve rara, te mira con una cara entre compasión y felicidad, que yo sinceramente, no entiendo por qué...- dije intentando acabar pronto.
-Ah, bueno Anaís, eso es típico en gente como tú...- ¿Qué? Me quedé mirándola fijamente, ¿a qué se refería con 'gente como tú'? ¿Que era rara? ¿Una persona marginal? Pero qué pamplinas, ella no me conocía.- A ver Anaís, déjame explicártelo, ¿vale? No me mires con esa cara de búho.- Encima me llamó búho.- Me refiero a que eres una persona tímida y sensible, que prefieres que la gente con la que no sueles ir, se olvide de tu cumpleaños porque no te comprometen a nada. Y prefieres que la gente que mejor te cae, te felicite de corazón. Te entiendo, yo de pequeña era así...- Se paró y miró al suelo. Sara parecía un poco triste de aquel hecho.- Pero bueno, Anaís, sigue, que siempre te estoy interrumpiendo, lo siento.
-Ah... vale... No Sara, tranquila, no me importa que me interrumpas...- mentira.- ¿Por dónde iba?

Pero, aquel fin de semana, mis amigos y yo quedamos en el Cincuentenario (el parque donde solemos quedar, vaya). Yo, como siempre, llegué tarde. Iba vestida bastante mal. Unos vaqueros, unos botines y una sudadera de GAP azul oscura. Me daba igual, total, era una quedada normal.


Cuando llegué no había nadie. Toda la parte de la fuente estaba vacía. Ni los bancos de los lados, ni el césped, ni los cañones, estaban ocupados. Algo raro en el Cincuentenario. ''Bip-bip.'' Me pegué un susto. Mi móvil. Estaba en el bolsillo trasero y claro, en aquel lugar tan desolado y que de repente se oiga un ruido que provenga de mi espalda, ¿quién no se asustaría? Cogí el móvil.


''Anaís, donde estaaas? Estamos en el arco, vaamoos! Que hemos quedado! Aligera!'' Inês. Bien, encima que intento llegar puntual, me echan el discurso del rey. Ale. Recorrí medio parque, y llegué al arco. No había nadie. Ya me empezaba a molestar este asuntito. ''Bip-bip''. Esta vez se van a enterar. 


''Anaís, donde estaaas? Estamos en el otro lado del arco, vaamos! Cerca del GG!!! Corre, que hemos quedado! Aligera!'' El ''Grand Gaufre'' era un camión con gofres y tal, que siempre estaba en el mismo sitio. Ese gofrero me trajo mil recuerdos. Malos momentos, buenos y algunos, aburridos. Me dirigí al 'GG', y miré hacia atrás. Me estaba empezando a mosquear pero bien. No había nadie, en un día de noviembre, encima soleado. Que yo supiera, no era época de exámenes. Vi que me había recorrido más de la mitad de todo el parque, que ya es bastante grande. 


Llegué al lugar en donde, normalmente, se situaba el GG. Ni rastro. Vale, ya me habían enfadado. ''Bip-bip''. Esta vez ni me digné a mirar el mensaje. Las llamé. A Inês, a Irene, a Lara. A Alexia y a Paula. A Jorge, a Isaac y a Álex. Ni uno me cogía el teléfono. Y finalmente, llamé al único que menos esperaba que me cogiera el teléfono. Jaime. Jaime... Un chico que me ha encantado siempre. Siempre. 


-Anaís! Que sorpresa que me llames... Donde estas?- Dijo Jaime. No supe qué decir, pero, ¿por qué me cogía él el teléfono? Mierda. Ya sabia lo que pasaba.
-Ahhh... Hola Jaime... Oye, sabes dónde se han metido éstas tontas?- Dije mirando a mi alrededor por milésima vez.
-Ah...- Parecía desilusionado.- Pues no, la verdad es que...- Se rió.- No.
-De que te ries?- Dije enfadada. Estaba harta, ¿por qué nadie me decía nada de utilidad?
-De nada... Donde estas?- Sentí unos pasos detrás mío. Me giré repentinamente.
-Ehm... En el GG, bueno, no está aqui, pero en su sitio...- Más pisadas.
-Ah... Bueno, oye... tengo que dejarte, luego hablamos! Te quiero grawr!- ¿Qué? Flipé en colores. Que me estaba contando... Sabía que Jaime gastaba bromas y era irónico, muchas veces... Pero aquella vez no supe si lo decía de verdad o no...
-Qué?- Dije, pero ya era demasiado tarde. Había colgado. Miré el mensaje de antes. Era de Inês, cómo no.


''Anaíiiiiiiis! que vengas yaaaa! Que hemos quedadoo! VAMOS CASTAÑITA!'' Leí. Vamos... Sabían bien que no me gustaba que me llamaran castaña. Vale, tenía el pelo castaño, pero oye, 'castaña' suena a comida, y 'castañita' suena a niña tonta. Me senté en medio del asfalto. No había peligro de que me atropellaran. Aquel paso estaba cortado. Después de un minuto en aquella posición de indios, me tumbé. Miré el cielo, y vi el Arco del Cincuentenario. Sí. Era precioso. Y encima con las nubes como las de Mario (el juego ese de Nintendos y pamplinas de niños) era increíble. Les hice unas fotos. Y me volví a sentar. me aburría. Eran las dos y media de la tarde, y tenía hambre. Dijeron que comería con ellos. Pero como no había nadie... Pues íbamos bien, íbamos bien. Miré al horizonte.


Alguien me agarró de la cintura, me elevó al cielo mientras que oía una especie de: ''Ajá!!''. Grité, di patadas en el aire. Estaba a punto de llorar, pero no podía. Tenía mucho miedo. ¿Pero por qué yo? Cerré los ojos con todas mis fuerzas, y sentí que esa persona me cogió en brazos. Empezó a andar, y yo le dí golpes. No quería abrir los ojos. Tenía miedo de con quién podría encontrarme. Sentí un calor en la cara. Sabía lo que era. Un intento de beso. Giré la cabeza. Di más patadas. Con el brazo que sujetaba el bolso, que menos mal que no lo solté ni un momento, le di varias veces. Él o ella no decía nada. Era seguramente un chico, ya que una chica no podría levantar a alguien y moverse. Me volvió a intentar besar. Yo me negué. Y mis lágrimas empezaron a correr a lo largo de mi rostro...


-¡Anaís! ¡Vaya! ¿Quién era? Dime, por favor, quién era.- Dijo Sara pegando un grito. Me asusté. Pero bueno... Tendría que acostumbrarme a que me interrumpiera tanto, es mi psicóloga, ¿no? Tiene que saberlo todo con pelos y señales.
-¡Ah, Sara! Me has asustado.- Dije, intentando que mis pensamientos no salieran a la luz.- Pues bueno, si me dejas terminar...
-Ah, si lo siento...- Dijo mientras que miraba las galletas.
-Coge, no me las comeré todas, además, en el bolso tengo más.- Señalé mi bolso con la cara.
-Vale, gracias.- Dijo mientras que cogía una.- Sigue por favor.


-No llores, mi vida...- Dijo una voz que me sonaba mucho. Abrí los ojos, pero lo veía todo borroso.- Vamos... No quería...
-Jaime eres idiooota! Te dijimos que la cogieras, pero no que la hicieras lloraar!- Dijo finalmente Alexia. Si es que me pasa solo a mi.


Jaime me dejó en el suelo. No podía creerlo. Mis piernas se sentaron en el suelo. ¿Dónde estaba? ¿Era realmente Jaime quien me había llamado mi vida? No podía asimilar tanta información. 


-Vamos Anaís! Que no es para tanto locaa!- Dijo Irene mientras que me abrazaba.- Mira, estamos en la luna, a tres metros bajo el cielo.- Y se empezó a reír. Se incorporó y me cogió el brazo. Tiró de mi, pero como no podía, la ayudaron Inês y Paula. 
-No me hace ni pizca de gracia! Me habéis dado la tardecita!- Dije mientras que miraba a mi alrededor. Estábamos debajo del arco. ¿Cómo no las había visto? Qué raro.


Lara, Isaac, Jaime, Jorge y Álex vinieron con bolsas enormes a donde estaba yo. 
-Vamos Anaísilla!- Dijo Lara.- Vamos a preparar el picnick.- Dijo mientras que se acercaba a la hierba soleada, seguida de los chicos.


Es que los tenía que querer. 


Sara me hizo unos gestos. Me reí. Qué maja que era. 
-Dime, Sara.- Dije mientras que reía.
-Explícame cómo son tus amigos.
-¿Físicamente o de personalidad?
-Pues... Como tú quieras.
-Pues de las dos formas... 


Inês es una de mis mejores amigas. Es alta, bueno, alta... Mide 1.71cm más o menos. Es una chica que siempre ha sido amiga mía. Nos conocemos desde los 6 años. Es una chica que lo tiene todo muy organizado, pero sabe pasarselo genial. Es divertida y tímida. Piensa que no es importante, pero para mí, lo es. Y mucho. Tiene el pelo rubio oscuro, y unos ojos azules que me encantan. Inês es mitad portuguesa, mitad española. Busca un novio guapetón... Y entre ella y Álex siempre ha habido un toque de misterio.


Irene es otra mejor amiga. Bueno, todas son muy amigas mías. Ella mide un poco más que yo. 1.70cm. Yo mido 1.65cm. Bueno, ella es una chica que es alucinante. Sabe bien cómo divertirse y sacarte una sonrisa cuando más las necesitas, y cuando no. Sabe mucho sobre mi y eso me gusta. Su pelo es también rubio oscuro, pero tiene los ojos marrones. Es española al 100%. Busca un novio.


Paula es tirando a bajita para lo que es mi clase. Mide 1.62cm pero tiene un corazón que no le cabe. No estamos en ninguna clase juntas, pero siempre que podemos, nos echamos unas risas entre clase y clase. Tiene el pelo castaño claro, pero no llega a rubio. Es mitad francesa, mitad española. Busca una pareja, como casi todos nosotros.


Lara es una chica a la que admiro tanto... Es alta, y mide 1.71cm como Inês. Es muy madura, y tiene una solución para todo. Sinceramente, no sé qué haría sin sus consejos. Es rubia, pero no ese rubio tan claro... Bueno, todas mis amigas son rubias oscuro, menos Paula y yo. Ella es mitad alemana, mitad española. Tiene un novio muy majo, pero viven muy lejos, y se ven cada mes. A veces va ella a Italia, o a veces viene él. Hablan en alemán, ya que él es alemán, pero como véis, vive en Italia. Un caso como el de muchos de nosotros, que tenemos que vivir en un país que no es el nuestro.


Alexia es una chica que todo lo que hace es perfecto. Sus notas no bajan del 8 y comparando con las mías... No comentaré. Es bajita, y bueno, no me molesta. 1.60cm. Es muy simpática, pero cuando defiende sus ideas, se vuelve una abogada de primera. También tiene el pelo rubio oscuro, y es española. Está en contra de toda relación. No es una chica que busca novio, que yo sepa.


Isaac.. ¿qué decir de él? Es mi mejor amigo. Puedo hablar con el sobre todo. Desde las notas, ya que él es igual de patoso en el instituto, hasta las cosas más obscenas que se puede uno imaginar. Es alto, y mide 1.76cm. Tiene el pelo negro, pero su piel es clarita. Es español completamente. Pocas chicas se fijan en él, ya que siempre está haciendo tonterías con mis amigas, y las demás piensan que tiene novia...


Jorge es como un hermano. Me ayuda en todos los asuntos de chicos, aunque suene raro, es especial. Es guapo. Sí. Pero no como mi Jaime. Tiene el pelo castaño y su piel es normalita. Ni blanca ni morena. Mide 1.78cm y ya es una buena altura para un chico de 14 años para los 15. Es mitad italiano, mitad español. Tiene un acento italiano, pero que poco a poco va desapareciendo. Atrae a muchas chicas, pero él se niega a toda mujer.


Álex es otro amigo mío, al que lo tengo como un hermano. Él e Isaac son los únicos dos chicos con los que puedo hablar de todo. Es digamos, un poco loco, pero es buena gente. Mide igual que Isaac, y a veces me pregunto si son hermanos. Él es de Cataluña, pero no es independentista, algo bueno, ya que Irene está completamente contra el Barça. No es pálido, sino al contrario. Es un chico de tez morena, muy morena.Y eso hace que todas las chicas se fijen en él. Siempre le ha gustado Inês, pero ni él ni ella, saben que se quieren. Sinceramente, ha habido momentos en los que parecían pareja, pero jamás lo han llegado a ser, una penita, ya que se llevan genialmente, y no me importaría que salieran juntos.


Y finalmente, está Jaime. Mi Jaime. Es mi amor platónico. Bromeo, juego y comparto cosas con él, pero jamás me he atrevido a nada. Es el más alto de todos, 1.82cm. Me encanta su forma de ser, de ver la vida tan positivamente, y siempre ir con una media sonrisa pegada a la cara. Es de Madrid, y algo muy curioso, es del Barça.


-Anaís, dijiste que no eras una especialista con los chicos... Menos con tu perrito Mitt...- Dijo Sara al acabar las descripciones rápidas de mis amigos.
-Pues... A ver, me refería en el aspecto del amor. Soy tímida, pero tengo amigos chicos. Pero ya ves, que con Jaime me cuesta...- Dije pillando una galleta. Iba a salir con cara de galleta de la consulta. Que horror.
-Bueno, ya tengo una idea de tus amigos. Sigue contando lo de tu picnick.


Empezamos a colocar las cosas y nos sentamos. Habían comprado en un puesto de Durum todas las salsas y condimentos que se podrían echar a una pita. Habían comprado bebidas, carne y la famosa pita en sí. Parecía un banquete.


-Jaime tío, qué loco estás... Como puedes echarle ensalada a tu durum...- Dijo Inês, que no soporta la ensalada, como yo. Jaime se rió.
-Pues echándola.- Dijo mientras que le acercaba la ensalada a la cara.
-Joder, que asco chaval! Aparta esto de mi cara!- gruñó ésta.
-Niños, dejáos de tonterías- dijo Jorge entre carcajadas. No pude evitar soltar una carcajada. Isaac empezó a reirse como siempre. Poniéndose rojo y sin poder respirar. Al final, acabamos todos riendo.
-Anaís, por qué le echas maíz a tu durum...?- Me dijo Paula riendo.- Ah, claro, que rima!
-Idiotaaaa!- reí y le tiré unos cuantos encima.
Todo era una ida y venida de risas y carcajadas. Al final, todos comimos felizmente nuestras raras combinaciones. 
-Jaime, qué le has echo a la pobre Anaís... Que venía llorando!- Dijo al final Álex.
-Joder tío...- Dijo Jaime mirándole con cara de asesino. Me puse roja, y bebí de mi fanta de naranja.
-No sé... Es que la pobrecita...
-Amhs...- Dijeron Irene e Inês al mismo tiempo. Todos sabían que me gustaba Jaime, pero ellas dos fueron las que montaron el puzzle al mismo tiempo. Sabían qué iba a pasar, y yo también.
-Tío déjame en paz! Quieres meterte en tus asuntos?!- Dijo Jaime explotando. Me miró y bajó la cabeza.- Lo siento si te he dado un susto...- Dijo mientras que sus mejillas se volvían del color del ketchup.
-Ah... No pasa nada. Tranquilo- sonreí. Me levanté y empecé a recoger la basura.- Voy a tirar todo esto. Ahora vengo.
-Esperame, te ayudo.- Dijo Jaime acercándose a mi. 
-Eh, esperaos!- Dijo Lara tirándonos unas servilletas. A continuación, una montaña de servilletas, vasos de plástico y cajitas con salsa llegaron hasta nosotros.
-Vale, quietos fieras!- Dije.

Jaime y yo nos dirigimos a la papelera más cercana...



-Espera, dame a mí las cajas de comida y tal, y yo te doy las servilletas y vasos de plástico.- Dijo Jaime dándome las servilletas y algún que otro vaso.
-Para qué?- Dije un poco aturdida.
-Pues... No sé- rió avergonzado.
-Vale... Toma!- dije riéndome. 'Qué guapo que eres hasta con basura encima...' Quise decirle, pero me contuve.
Tiramos las cosas a la basura poco a poco, intentando no mancharnos con algún resto de comida. 
-Oye, Anaís... Espera.- Dijo Jaime cogiéndome del brazo intentando que no me fuera.
-Dime.- Me dí la vuelta. Estaba muy cerca de mí... Sentía su respiración, sus ojos estaban enormes.
-Esto...- dijo poniéndose una mano en la nuca, y otra en la espalda.- Que estás muy guapa. 
-Ah... Vale. Gracias. Tú también lo estás.- Dije sonrojándome, pero me sentó mal. ¿O sea que todos los demás días estaba fea? Vale...
-Qué digo, me refiero, a que hoy vas muchísimo más guapa que los demás días...- Dijo leyendo mi pensamiento.
-Gracias!- Dije sonriendo.
-Oye... Esto es para ti.- Dijo sacándose del bolsillo una cajita negra.- Date la vuelta, Anisita.- ¿Anisita? ¿Cómo sabía mi mote familiar? Esto superaba mis límites. Mi risa tonta de ''me encantas, eres un cielo'' salió de mi. Me quise morir, pero me dí la vuelta rápidamente. Sentí una mano recogiéndome el pelo, y la ayudé. Me cogí el pelo, y rocé la mano de Jaime. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Y ahora, un colgante pequeño y discreto rodeaba mi cuello.- Ya esta...- Dijo Jaime cogiéndome la mano con la que sujetaba mi pelo. Me di la vuelta.
-Gracias...- Dije mirándome la mano aún sujeta por la suya.
-Ah, perdona...- Me soltó.
-Qué pone? Es que no he llegado a leerlo...- Dije sonriendo.
-Ah, pero que idiota que soy!- Dijo dándose en la frente.- Pone...
-No eres idiota, Jaime...- Dije interrumpiéndolo sin querer.-Perdona...
-Pone J-A.- ¿Qué? ¡No! No era posible...- Es una Jota de Jaime... Y una A de Anaís...- Dijo mirándome fijamente a los ojos.- No hace falta que llores... No me gusta verte llorar,- dijo. Es verdad, estaba a punto de llorar. Con la mano que seguía libre, me froté los ojos suavemente.- Quería decirte que te quería desde hace tiempo... Y no sabía cuando... Y creo que hoy era el día... Sé que es arriesgado, pero el calzonazos de Jorge, Isaac y Álex me convencieron... E Irene e Inês me acompañaron a comprártelo...- Intenté decir algo, pero Jaime siguió hablando,- ¿Quieres salir... Digo, quieres ser mi novia?- Dijo inseguro. Ahora sí que miró al suelo. 
-Cómo... Cómo es que te gusto?- Dije sin poder creérmelo.
-Amo tu forma de ser. De cómo te desesperas fácilmente, de tu carácter tan maduro e infantil. Amo tu preciosa nariz respingona, que sé que no te gusta. De lo pequeñita que eres. Tu inseguridad me enamoró en poco tiempo...- Dijo, y se me acercó.
-Y... Todas las chicas que han pasado por delante mío... Ésas que han estado con nosotros tanto tiempo... Qué pasa con ellas?- Dije arriesgándome.
-Ellas no llegan ni a tus tobillos. Ellas son chicas con las que bueno, me gustaban, pero tú siempre has estado ahí. No sabía que te quería. Pensaba que mi amor era pura amistad y cariño... Pero me he dado cuenta de que no. Me he dado cuenta que quiero tenerte como novia, no como mejor amiga, ni amiga.- Lloré.- No llores... Por favor...- Dijo, pero no tuvo tiempo. Le besé insegura. Nuestras manos se despegaron finalmente, y cada una fue a un lugar distinto. Las mías, directas a su precioso cuello. Aquel que he querido siempre agarrar. Y las suyas, a mi cintura, me rodeó y me abrazó. Reí. No podía ser. Era un locura. Sábado 30 de noviembre de 2010. Mi amor platónico junto a mí. Nos separamos.
-Eso es...- Dijo Jaime con una sonrisa.
-Un sí!- Dije sin dejarle acabar. Me lancé a su cuello otra vez.
Por detrás, vinieron todos chillando, saltándo de alegría y cantando ''Cumpleaños feliz''. El mejor cumpleaños de mi vida. 


-¡Dios mío! ¡Anaís! ¡Qué alegría!- Dijo Sara sonriendo e incorporándose. Me reí.
-¡Sí...!- Dije.
-¿Seguís juntos?- Dijo Sara tocándo el punto débil.
-Pues bueno... No sé cómo explicarlo... Es una relación rara...No sé...
-¡Anda! Llevas el colgante, es ése, ¿no?- Dijo señalando mi cuello.
-Sí...- Me toqué el colgante.- Lo sigo llevando, sí.- Quería echarme a llorar. Aquel día era 30 de noviembre. Hacía ya un año que todo aquello ocurrió.





15 comentarios:

Sonia dijo...

Dioooooos!!!
Que monos los dos!! Jaime es un encanto :)
Ya tienes un nuevo capítulo en mi blog! FELIZ NAVIDAD!

Besitoos desde: http://yanadasercomoantes.blogspot.com/

Paula dijo...

¡Oh, dios mío! ¡Me ha encantado! La verdad es que cuando alguien había cogido a Anaís por la cintura, pensaba que ese era Darío. No sé porqué, si tampoco se habían visto ni nada, pero... no sé...
Bueno, que eso, que me alegro un montón que Jaime y Anaís hayan salido (o salen) juntos, ya que se ve que Jaime es un buen tío.. *.*
Espero que vuelvas pronto de vacaciones.
Un besito! :D

Vorágine. dijo...

http://paraalimentarmedetisolonecesitotuaire.blogspot.com
Te sigo, podrías seguirme?
Es muy importante :D
UN BESO ;)

Chloe. dijo...

Puede que sea larga, PERO ME HAS DEJADO CON GANAS DE MAS U.u
Es interesantisima esta historia!
Me encanta Jaime ^^

Y bueno sobre la foto.. ¬¬ COmo puedes decir que es cutre? a mi me encaaaaaanta! Sales sonriendo y estas guapísima!! :D Enserio.

Y eso, feliiiiiiiiz navidad preciosa! Que bien que hayas publicado otra entrada, yo ya pensaba que no iba a poder leer nada tuyo hasta puff :) Espero que te lo estés pasando bien en venezuela :D Yo nunca he ido, pero me gustaria ir ^^

Y eso, muchíiisimos besitos preciosidaaaaaaaaaaaad! <3 <3

Yansito dijo...

Me duele los ojos casi ni pestañaba por no dejar de leer :)

Feliz navida cariño se te quiere de mas muuuah

Patricia Moñino dijo...

No es cutre para nada la foto! ESTAS PRECIOSA :D pasatelo genial por Venezuela :) Un besito y feliz navidad !♥

MeriiXún dijo...

Dios que capitulazo! Lo de la madre...pufff espero que no acabe mal joder. Darío, bueno Darío cada vez me cae peor xDDDD y que bonito que ahora este con Jaime...sigue pronto guapa. millones de besoooos (L)

Ester Del Pozo dijo...

ME ENCANTA!!!!!...que romantico!!!!!

FELIZ NAVIDAD GUAPISIMA,, lo foto no es para nada cutre, sales muy bonita, sonrisa preciosa!

besos navideños :D

p.-m encanta el trineo de papa noel!

You know, L? The Shinigamis only eat apples. dijo...

Jaime es rre tierno!
Feliz navidad a vos también cariño!!
Saludos !
http://novelasamanthatrein.blogspot.com/ --> nuevo cap
http://my-fuck-ing-life.blogspot.com/

Ladies dijo...

Caarmmeeeeeeeeeennnnn!!!! Como nos puedes deejar asii, dioss miooo queeremos que sigaa que siigaa!! Jooder madremiaa hijaa escribes maravillosamente bieeen y es de verdad. Dioos que gaanas de saber que vaa a pasar despues, ha sido largo pero meejorrr porqueee dioss el rato que hemos estado leyendolo hemos disfrutado como nunca!! Un millon de preguntas pasan por nuestra cabeza... Que enfermedad tendra la madre?... Seguira anais con jaime?... Que ha querido decir con que tienen una relacion rara?... Diios mio espero que la continues pronto esperamos descubrir todas nuestras preguntas en tu preciosa historia pronto. Te diria que tienes un don, pero no es asi, porque lo que de verdad pasa es que as nacido para escribir, serias una excelente escritora, y si te lo replantearas un dia, la novela de simplemente adiccion hasta puede que te la publicaran... Dios mio es precioso!!! Si alguna vez lo decides aqui nos tendrias a nosotras faan tuya!! Siguee asi guapisimaa (: Un besiito Y pasatelo en grandee por Venezuela. :D <3 <3

Ladies dijo...

Por ciierto que se nos olvidabaa la foto no es cutre. Sales super guapa y nos encanta :D!

AndreaG dijo...

Me encanta:) Jaime tiene pinta de ser un encanto:)
sígueme si quieres en http://providedus.blogspot.com/

Te quiero entre nubes de algodon dijo...

me as dejao con ganitasde mass! preciosa entradaa!! HAYY!! me a encantaooo cariñoo!!
se acaba el añito asique!!
FELIZ 1012!! un besazoenorme y toda la suerte para este nuevo año queesta ya a la vuelta de la esquina!
http://tequieroentrealgodones.blogspot.com/

MeriiXún dijo...

tienes un premio en mi blog bonitaa!

Pamela dijo...

Me pase porque ya te extrañaba! Y me encuentro con una entrada nueva, y con que nunca te pasaste a visitarme, que mal eh.
Bueno bueno♥; espero que te hayas divertido en Venezuela, es lindo? Quiero Fotos!.
No lo leí, es demasiado largo y no tengo tiempo, pero lo escribiste vos?
Que pases un feliz año nuevo hermosa-